Hubo una vez dos presidentes de compañías que competían en la misma industria. Estos dos hombres decidieron ir de campamento para analizar una posible fusión de sus empresas, así que se internaron en el bosque.
De pronto, se toparon con un oso gris que se paró sobre sus patas traseras y les gruñó de modo amenazador.
En un abrir y cerrar de ojos, el primer presidente se quitó su mochila y sacó un par de zapatos para correr.
El segundo presidente le dijo: “Oye, no puedes correr más rápido que ese oso”.
El otro le respondió: “Quizá no pueda correr más rápido que el oso, ¡pero sí puedo correr más rápido que tú!”
Todos necesitamos un chequeo diario del cuello para arriba, para evitar pensamientos negativos que al final nos llevan a endurecer nuestras actitudes.
No es lo que le sucede lo que determina qué tan lejos puede ir en la vida, sino cómo maneja lo que le sucede.
Usted no puede hacer las situaciones de la vida a su medida, pero puede hacer que su actitud esté a la medida de las situaciones, antes de que éstas se manifiesten.